Desde un primer momento, se diseñó este equipo para subir a Liga Nacional. Objetivo cumplido?
Es cierto que el objetivo principal era el ascenso, pero también lo era para otros equipos, como el Granollers o el Premià, entre otros. La prueba es que la liga ha sido durísima, hemos jugado en el grupo más duro de Preferente. Somos el campeón que ha tenido que hacer más puntos para ganar la liga, esto es porque los rivales nos han exigido muchísimo.
Durante el curso llegaron pequeños momentos de dudas. ¿Cómo afrontasteis estas situaciones?
El peor momento lo vivimos en la segunda vuelta, cuando en un mes perdimos en Cardedeu y en Arenys en un encuentro en el que debimos golear. También empatamos en casa ante el Girona FC, y la sensación de juego no fue del todo buena. En ese momento fue cuando se generaron dudas. El equipo estaba cansado y notaba la presión de ser siempre líder y tener a un rival que nunca fallaba. Lo que intentamos es transmitir tranquilidad y seguir trabajando como lo habíamos estado haciendo. Si seguíamos así, sabíamos que solucionaríamos esa situación adversa y, después de estos partidos flojos, el equipo cogió una buena dinámica hasta lograr el campeonato.
Importante el empate in extremis ante el Girona FC, el segundo clasificado. ¿Cómo vivió el equipo esa semana y ese partido?
La semana antes del duelo hubo mucha tensión. El encuentro, en cuanto al juego, no fue del todo como esperábamos. En aquel partido nos costó ser nosotros mismos, pero la forma en la que llegó el empate, con un gol en el minuto 94, dio mucha fuerza al equipo y nos permitió seguir siendo líderes. Los jugadores reforzaron su creencia en lo que estaban haciendo y lucharon por el objetivo. La siguiente semana era tan o más importante que el anterior y el Girona FC se dejó puntos. En cambio, el CE Sabadell ganó ante el tercer clasificado. Fue entonces cuando se decidió gran parte de la temporada.
¿Qué aspectos destacarías del grupo que has dirigido este año?
Las ganas de trabajar y esforzarse de los jugadores. Les hemos presionado y pedido mucho desde el mes de agosto en todos los ámbitos: sesiones de entrenamiento, de vídeo, sesiones individuales, entre otros. Todo esto son muchas horas de trabajo para chicos tan jóvenes. Ellos lo han tolerado y asumido muy bien. Este trabajo ha hecho que se generara un grupo muy fuerte y unido. El equipo sabía desde el primer momento qué se estaba jugando. Este hecho diferencial nos ha dado el campeonato.
De cara a la formación de futbolistas para el filial y el primer equipo, tener a un Juvenil en Nacional o División de Honor es un aspecto fundamental. ¿Qué papel juega esta última etapa, la de Juvenil, en el fútbol base?
De cara a dar el salto, es vital tener un Juvenil en Liga Nacional, porque cambia la perspectiva del club. Puedes formar un equipo de un nivel superior y puedes retener y captar a jugadores que quizás habrían ido a una categoría más alta. Teniendo en cuenta que el filial está en Tercera División, que es una categoría bastante alta, y el primer equipo en Segunda División, el hecho de tener un Juvenil en Nacional es bueno, pero lo que nos debe motivar e ilusionar es acabar jugando en División de Honor.
¿Cuál es el reto de este equipo para el próximo año?
Siempre trato de ser ambicioso. No entra en mi perspectiva dar por hecho que el objetivo en Nacional será mantenerse. La categoría nos irá poniendo en nuestro sitio y durante la temporada ya veremos cuál será el objetivo por el que se luchará. El año que viene hay que ser ambicioso, hacer un buen conjunto y ser uno de los equipos que luchen por el ascenso.
¿Qué valoración hace del fútbol base del CE Sabadell?
Cualquiera que siga el trabajo en el día a día, puede hacer una valoración positiva, no sólo del Juvenil. Hay equipos fuertes y que están alcanzando los objetivos previstos. Todo ello se traduce en un crecimiento continuo del fútbol base y en el hecho de poder contar con buenos jugadores en todas las categorías. Poco a poco, estamos en el camino para ser un fútbol base de referencia en Catalunya.